domingo, 23 de enero de 2011

La Cuesta del Portezuelo

sábado, 22 de enero de 2011

Don Pedro Roberto Arias

Nació el 14 de Noviembre de 1933, en la localidad de La Bajada , departamento Paclín. Sus padres fueron don José Daniel Arias y doña Faustina Ortega, tuvo diez hermanos, vivieron en una humilde casa, su padre trabajaba en Vialidad Nacional y su madre cuidaba una majada de cabras, además tenían hacienda.
Don Pedro en su infancia curso la primaria en la Escuela 59 de La Bajada hasta el Cuarto grado porque en esa época era muy difícil salir adelante con un ingreso de empleado solamente; él junto a sus hermanos tenían que cuidar los animales, salir por los campos a buscarlos, atenderlos para luego venderlos. Así de esa forma pasó su infancia y adolescencia hasta los 19 años cuando conoció a doña Miguelina González, oriunda de El Portezuelo, con ella se cansó el 2 de Octubre de 1953, y justo ahí le toca el servicio militar, estuvo seis meses y le dieron la baja porque su esposa ya esperaba a su primer hijo: Ángel, cuando nació el niño ellos vivían en la casa de sus suegros hasta la llegada del 2do.: Oscar.

En el año 55' empezó a entusiasmarse por el deporte “fútbol”, jugaba para el equipo que representaba a su pueblo natal, lo hacia abajo los tres palos (arquero), así hasta el año 56' donde se presentó la oportunidad de participar de una maratón en la localidad de Los Altos, allí nació también su ambición por este deporte que en esa oportunidad su primer premio fue $5 y una lata de durazno, no solo esos deportes le apasionaban, en sus años mozos también practicaba el ciclismo.

Aparte de practicar distintos deportes, don Pedro trabajaba cultivando las tierras en las fincas de una familia de clase media y conocida “Los Rodríguez”. Luego de un tiempo don Pedro y su familia se trasladaron a un puesto como cuidadores, el mismo se llamaba Los Tipiles, allí nació su primera hija mujer Rosa, luego María.

Después de un largo tiempo volvieron a vivir en El Portezuelo donde nacieron el resto de sus hijos y donde también tuvieron la mala experiencia depender a uno de sus gemelos, pero a pesar de todo llegó a tener nueve hijos en total.

Con todos estos golpes que le daba la vida el nunca descuidaba su amor por el atletismo, participaba en todas las invitaciones que le hacían sin importarle el premio, generalmente en su categoría salía primero, recorrió casi toda Catamarca de la mano del atletismo.
En el año1967 don Pedro tuvo la suerte de ingresar a trabajar en la guardiacarcel de allí se retiró en el año 1988 con el llamado “retiro voluntario”, con el ingreso de este trabajo el pudo realizar su propia casa y tener mejor bienestar para los suyos.
Luego se dedicó nuevamente al cuidado de distintas fincas cultivando y cosechando verduras y frutas para gastos caseros y a veces vendía, no solamente hizo eso, también tenía a su cuidado ganado vacuno a campo abierto que fue muy sacrificado que llegó a tener un accidente con un animal bravo, donde recibió un fuerte impacto en la parte del higado y riñón dejándolo convaleciente hasta que pudo recuperarse, dejando sin duda alguna secuela, también casi perdió su vida debido a que tomó agua del arroyo y le dio la fiebre amarilla, que gracias a Dios no pasó a mayores.

Pedro Arias fue un brillante embajador del atletismo catamarqueño en distintos centros del país e incluso se dio el lujo de integrar la primera delegación local que participó de la mundialmente conocida “Corrida de San Silvestre” que se concreta todos los fines de año en la ciudad de San Pablo (Brasil).

Fue en diciembre de 1979, cuando en compañía de Ramón “Pato” López y Hugo Figueroa defendió con altura los colores ambateños en esa inmersa mole de cemento del vecino país. El grupo también estuvo conformado por el entrenador y juez nacional Rolando Ferrero, el dirigente Julio Argentino Bulacios y el jefe de Deportes, Leopoldo Romero. El viaje en camioneta (casi una “locura”) demandó tres días, arribándose el 30 de diciembre, en la víspera de esta “maratón” internacional, fue la mas importante en su vida, nunca se pudo olvidar esa hazaña hasta sus últimos días.

Ya por el año 1981 comenzó a realizar en la localidad de El Portezuelo su propia maratón, haciéndola sin falta todos los años casi siempre en el mes de febrero, allí donaba algunos de sus premios para los participantes de las distintas categorías que se hacían presente.

Actualmente después de su deceso se la sigue realizando en su homenaje, que es organizada por sus hijos y fiscalizada por la entidad madre del atletismo: ASOCAT.
Don Pedrito como la mayoría lo llamaban, era muy conocido, él sembró su amistad sin límites cosechando así muchos amigos, que donde se paraba lo saludaban.
Tanto fue su amistad que hasta los presos donde el trabajaba lo reconocieron con un cuadro de honor, enalteciendo su respeto hacia los otros, en el 79' cuando regresó de su participación en la maratón de San Silvestre.
Así pasaba su vida siendo esposo, padre y amigo ejemplar.
A pesar que su vida fue dura pero fructífera nunca se alejó de su amado deporte el “atletismo”.
Hasta que un día en el año 97' tuvo que decir basta a su carrera deportiva, debido al descubrimiento de una maligna enfermedad “cáncer de hígado” donde recorrió Córdoba para su tratamiento que vano fue, esta maldita enfermedad lo llevaba poco a poco, su sufrimiento duró tanto que no pudo resistir, que un 23 de Noviembre de 1997 alas 13.20 horas dejó de existir, su deceso produjo una gran conmoción y tristeza de los familiares, amigos y conocidos, pero dejó a su paso un buen ejemplo de vida.
Sus restos descansan ahora junto a su amada esposa y compañera de toda su vida, en el cementerio de El Portezuelo lugar donde lo acunó sus últimos años.
En don Pedro Roberto Arias se conjugaban en forma casi perfecta el atleta y el señor, es decir la calidad y la capacidad para la competencia con la riqueza humana y el tesoro espiritual. Y de ello pueden dar cabal testimonio quienes estuvieron viviendo junto a él su honesta y transparente campaña en el deporte. Desde entonces se lo recuerda con enorme respeto y gran admiración “caballero como pocos”, así lo calificó alguna vez su amigo Rolando Ferrero. Nada mas justo a la verdad.
Esto fue un recorte de su vida que será hoy y siempre recordad por sus nueve hijos, 25 nietos y 5 bisnietos.

fuente: www.altrotecatamarca.com.ar