Hoy en un asado familiar (que hace mucho no ocurria) mi tio Tico me contaba junto a mi mamá lo del Tren... y me quede impresionado, asombrado y al mismo tiempo nostalgico, aunque no vivi esa epoca, pero en la forma que me contaban yo podía imaginarme todo tan claro, tan preciso como un fotograma en pleno proceso de creacion.
La verdad en pocas oportunidades de mi vida he deseado saltar por el tiempo y verme allí parado en el terraplen de la vieja estación de El Portezuelo, viendo el humo a lo lejos y sintiendo el sonido del silbato a vapor que se escuchaba a la distancia rompiendo el mudo silencio del paisaje de la época haciendose descubrir con ese humo grisaseo producto de la quema de pequeños trozos de quebracho...
Tres pitidos.... uno corto, y dos interminables que se producian cerca Salamanca mas o menos a unos 3 km de la estacion.
Ya lo puedo ver al "guarda" parado con un pie en los escalones del vagón y el otro en el aire para pisar fuerte en la estación donde los pasajeros aguardan para abordar el tren, y nunca falta el curioso o la curiosa que saca su cabeza por la ventanilla para chuesmear quien esta o que conocido esta para saludar.
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSShuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!!!!!!!!!!! Chuuuffffff chuffffffffff chuffffffffffffffffff para el tren y el vapor que sale, por un instante esconde las ruedas y los rieles de la estación preparandose nuevamente para partir, y cuando el tren termina su parada, con todos sus pasajeros a bordo como en las peliculas el último que sube al tren es el guarda viendo que todo esté bajo control..............ssssshhhhhhhhhhuuuuuuuuuuuu!!!!!!! chufffff!!!! chufffff!!!! chuffff!!!!!! y el pìiiiiiiiiiiiiiiiiiipppppppppp!!!!!!! inconfundible dando la señal de que el tren ya está partiendo.....
Lo puedo ver dar la curva con ese sonido caracteristico del tren chucu!!!!!...chucu!!!!!......chucu!!!!!!!!...... chucu!!!!!...chucu!!!!!......chucu!!!!!!!!...... piiiiiiiiiiiiiiiiiiiipppppp!!!!!.....piiiiiiiiiiippppp!!!!!!! perdiendose entre las curvas de la loma.....puedo imaginarme la gente sacando la cabeza viendo hacia atras dejando una estación más y esperando la próxima para poder llegar a su rancho.
Puedo imaginarme una tarde de verando con un sol radiante poniendose en el ambato, con sus ultimos rayos naranja pegándole a sus quince viejos vagones que incansablemente fueron mudos testigos del paisaje congelados en el tiempo por la retina de esos pasajeros que ya no me pueden contar.
