sábado, 18 de diciembre de 2010

Las Fiestas

Cuando llegamos a esta altura del año, por lo general deseamos descansar, disfrutar y divertirnos pero también es el momento en el que cuando sos niño empiezas a palpitar la venida de papa noel, los reyes magos y todo esa magia que de niño te alimenta tu espíritu con alegrías, penas y esperanzas de que al día siguiente de las fiestas llegue tu regalo. El problema era cuando papá noel no llegaba, o los reyes magos que por un montón de "motivos" que nos daban nuestros padres no venían.
La tristeza duraba poco por que siempre teníamos formas de olvidarnos y siempre se lo solucionaba, ya sea ir a ondear, jugar a la pelota o los vaqueros, armando nuestras propias armas o también al rally en la sala.
Ya de grandes con 15,16 o 17 años las motivaciones pasaban por otro lado, salir a festejar en las casas de los vecinos, de los primos, las juntada en la esquina donde era el punto de encuentro de toda la changada para ver si "Pini
no" nos llevaría en la chata hasta San Isidro o el Parque para ir a bailar.
La Sidra, el Felices Fiestas no se mezquinaba a nadie.....pero a nadie, nosotros salíamos a la casa de la Tía Miryam y nos volvíamos hasta el principio del pueblo para comenzar con la carrera de los saludos y los brindis, como en la casa no nos dejaban tomar (solamente para el brindis) aprovechábamos y salíamos todos los primos a saludar a todos los vecinos y obviamente en cada casa al que entrabamos lo primero era saludar y luego nos decían: "Que quiere mijo, venga....coma un poquito, que quiere tomar...."
La cara de nosotros ya indicaba que no queríamos comer, al contrario acentuar la comida, por lo que inmediatamente nos servían un vaso de Sidra, despues de un tiempo prudencial comenzaba la retirada por que se debía seguir saludando.
Desde la casa de Don Mochito pasando por la casa del Tio Tadilo, mi casa, la del Hugo, Doña Petrona, El Tío Alfredo con Torino el Cual era el primero en ofertarnos algo de tomar preguntándonos ".... que quiere tomar shobrino, pídame lo que quiera..." claro todavia en esos tiempos quedaba un poco de pudor y solo era sidra, pero no voy a negar que mas de una oportunidad la boca quería probar otra cosa, una cerveza un tinto que nunca faltaba en esa casa.
y así pasando por don Ponce la Tereza hasta llegar a doña pocha, el conteo de la cantidad de sidras era importante. Chango mas Grande después de eso nos reuníamos en la esquina y a bailar se dijo....Mayormente a la Casona que en ese tiempo ya era furor.
Al otro día es decir 25 o 1º llegaban los de San Isidro El Tío Cholo con la Tía, El Tío Tico, y toda la familia, al llegar siempre se ponía música y al máximo, jugar el truco, los cuentos del tío las carcajadas y el baile hacia pasar el día que sin darnos cuenta ya estábamos diciendo adiós y esperando una semana mas para festejar el primero.
Las fiestas hoy siguen marcando el encuentro entre las familias, la reflexión de todo un año de trabajo, lo bueno y lo malo que hicimos, pero ya nos son esas reuniones donde se dejaba de lado todos los rencores o resquemores que una familia puede tener, ya no están algunas personas que eran el alma de las reuniones, ya somos grandes y con hijos ellos son los que pasan y disfrutan lo que nosotros hicimos hace un tiempo atrás.
FELICES FIESTAS y si Dios quiere estaremos brindando en la casa de la abuela, como lo hacemos desde que somos chicos.

domingo, 7 de noviembre de 2010

De Paseo por EL Portezuelo

sábado, 23 de octubre de 2010

TARDECITAS DE VERANO

Tengo nostalgia de aquellas tardes de verano, despues de vernir del río nos juntabamos con los changos para ir a la cancha. Los changos de la tia Miriam, los de la tía Fanny, Victor, el Tortuga, Lucho, Piji, el Gringo, los chango de Paco y otros tantos que nos reuniamos en la esquina, alli en el puente para ir a la cancha. El verano en todo su esplendor y junto con otros chango mas grandes encarabamos para la "Quebrada" por que alli queda la cancha, ya los otros estaban pateando, hablando tonteras, "haciendo tiempo para empezar el partido".
Los preparativos son un ritual que no se pierde. Vendarse, sacar los botines, el que llega al último, patear al arco, son cosas que puede no se h
an perdido todavia, la vez que puedo ir a la cancha veo que se mantiene, con otros changos ya pero de solo verlos esos recuerdos vuelven como en un tunel del tiempo al que viajo pero ya de espectador.
los partidos s
iempre son picantes, correr y tocarla, el caño que nunca falta, la gambeta del Oscar, las peleas del chueco Dante que no le gusta perder la pelota, el avance del Caballo que cuando lo ves encarar no sabes si hacerte un lado o tratar de quitarle la pelota, el negro Pablo que hace una bien y tres malas
Y despues....lo mejor... El tercer tiempo, cuando era chango chico era la coca y mas a delante la cervez
a en don Tito o pajarito, siempre lo mismo, sentir el gusto de la bebida bien fresca y el olor nauceabundo de nosotros fruto de un buen partidazo de futbol y no falta el comentario de los partidos de primera, discutirle a Cambuchi es casi imposible ni nombrar el "somos el Rey de Copas" el fanatismo de Oscar por el querido River y su hermano que lo carga por que su Boca le lleva no se cuantos partidos de ventaja.
Ya es de noche son como las nueve y empezamos a encarar para el "Carril" nos tenemos que bañar para salir a la esquina y juntarno nuevamente donde seguramente algo se le ocurrira a los changos con la compañia muda de la luna esa que te ve llorar, reir, crecer y añorar.
AHHH TARDECITAS DE VERANO, TARDECITAS QUE NO VOLVERAN PERO QUE PERDURAN EN LO MAS PROFUNDO DE MIS RECUERDOS.

jueves, 29 de julio de 2010

LA SALAMANCA

Si algo no podía faltar es la Salamanca. Así se denomina a una misteriosa cueva enclavada en una loma cerca del río entre los limites de Santa Cruz y El Portezuelo.
Según las historias contadas por los pobladores dicen que allí se reunía el diablo y las brujas de la zona.
Que para entrar allí tenías que adorar al demonio. Al ingreso se ponía un chivo y un crucifijo, se besaba al chivo, que representaba el mal y se escupía el crucifijo. Y que las noches de luna llena un sonido bello producido por una guitarra se esparcía por el lugar, para atraer a los elegidos por el demonio.
Que en sus noches silenciosas se escuchaba a las brujas, mandingas y el diablo cantar.
Todas estas historias podían servir como entretenimiento y además atemorizando para que la gente crea más en Dios “pa que no te lleve el diablo...” como decían antes.
También dentro de sus creencias , estaban los rituales para pedir por agua en épocas de sequía o por la salud de alguien o el bien estar de la comunidad.
Por eso recurrían a venerar algún santo en procesión para que Dios le provea de agua de lluvia.
Prender velas en forma de círculos y ofrendas a diferentes divinidades, todo esto hecho por mujeres que se dedicaban al curanderismo.
En fin, todo esto, característico de una sociedad alejada de los centros urbanos que en su pureza como comunidad se valía de este tipo de hechos con el fin de solucionar sus problemas.
(Entrada principal a la Salamanca)





LA LUZ MALA.....



En las noches se suele ver luces entre las lomas y a éstas se las denominaba la “luz mala”, la luz de la laguna, yo recuerdo que “cuando era chica llegaba la noche, nos sacaban al patio de la casa para ver esa luz. Según decían mi abuela, que ésta salía de la laguna. Lo que se podía observar era una especie de luz que iba de un lado a otro y que por momentos su incandescencia iba en aumento, a veces daba la impresión que se formaba como una bola de luz y se detenía en un punto cualquiera. Así se podía observar otras luces para las cuales en es entonces nadie tenía explicación.

“La luz de la laguna según, algunos geólogos se debe al yacimiento de mica y otros minerales que en ese lugar se encuentra, que son gases y que en un momento dado se elevan, se tornan luminosos y que tienen movimiento.

Las historias de aparecidos y almas en penas eran de la mas variadas, se podía escuchar cosas increíbles, pero, lo curioso es que siempre le sucedía a las mismas personas, que parecían destinadas a ver o escuchar algo inexplicable.

Entre esas historias está la de la “mula anima” la mujer del cañaveral, el ruido de cadenas, al duende de la siesta, petizo y con sombrero, se llevaba a los chicos que no dormían siesta. La luz mala del cementerio, el diablo que le apareció al tío Jerónimo Espeche, una noche mientras venía desde la finca del CHIFLON al pueblo, según lo que el decía, que mientras caminaba por el monte trayendo un par de bueyes, se le apareció el diablo que tenía la forma de una persona pero con una cola larga que se envolvía por todo su cuerpo y que él se salvo por que pudo llegar al río y al meterse en el agua el diablo desapareció dejando oír el ruido del monte que se quebrara por donde el pasaba, su salvación fue el agua por que decían ésta siempre está bendecida y que nada malo te puede pasar dentro de ella.

FUENTE: María Rosa Leiva

lunes, 12 de julio de 2010

Alma Catamarqueña

Lo Conocí un día de verano cerca del medio día, estaba a la sombra de un palo borracho que tiene la casa de la abuela.
Tenía el pelo largo, bien largo, parecia uno de esos hippies que mi abuela siempre alberga. Lo acompañaba otro chico que conversaban muy animadamente con mi tía Fanny y mi abuela. Al saludar se acerca mi tía y me dice..."venga mi´jo que le voy a presentar a su primo"....
En ese momento mi mente quedo en blanco, que primo me falta conocer? por que vino? por que nos quiere conocer? y cincuenta mil preguntas que me habia hecho durante mi adolescencia y que hasta este momento no me podia contestar.
Sabía que tenía unos primos de mi Tío Cesar que nunca habían venido, nunca supimos de ellos, como mi tio se habia separado, nunca tuvimos contactos con ellos, por lo tanto siempre aduje que no nos querian conocer, que no les importaba nada de nosotros, imaginate.... son de la capital federal, tienen todo, que se van a querer venir para aqui.
De pronto me veo con mi Tía y él con esa sonrisa caracteristica que no se puede explicar sino apreciar y disfrutarla. ..."Venga mi´jo le presento a su primo, es hijo de su tío Cesar... el mayor el Hernancito"...
Hasta ese momento fue un saludo frio, formal pero que por dentro se me habría centenares de preguntas.
Mi primo es un personje, le pregunte que hacia aquí... y no me olvido que me respondio ..."estoy aqui para reencontrarme con mis raíces..."
No me hizo falta preguntarle nada, esta estaba todo contestado, lo comprendía y lo entendía.
Ya han pasado unos cuatro o cinco años y las pocas vivencias juntas han sido extraordinarias, permitiendo recuperar el tiempo perdido por cuestiones ajenas a nosotros.
Vaya este humilde homenaje a la persona que Volvió en busca de su sangre, su escencia, sus raíces, pisando suelo catamarqueño que añoraba y sentía desde chico.

TE SALUDO PRIMO, HERNAN LEIVA.
Fuente: Diego Leiva

viernes, 9 de julio de 2010

Escuela Nº 245 El Portezuelo


Corría el año 1.910, cuando un 12 de Julio de ese mismo año nacía la escuela del pago.

En sus comienzos fue Escuela Nacional N° 45, también llamada escuela primaria de campaña o escuela fiscal.

Desde sus inicios hasta la década del 50, como todas las escuelas primarias de campaña de la zona, no tenía edificio propio y funcio

naba en locales alquilados. Por suerte en el pueblo se contaba con amplias casonas que reunían las condiciones mínimas para alojar a la unidad educativa. La existencia de estas importantes viviendas muestra bien a las claras, cómo en aquellos tiempos los habitantes de la campaña sentían un gran apego pr su tierra; cómo ésta les brindaba la posibilidad de realizarse plenamente y cómo la ciudad no tenía entonces los incentivos casi irresistibles que luego ejercían sobre nuestra gente de campo.

La escuela pasó por varias de estas casonas, primeramente funcionó

en la casa de la familia Salin Alem, luego la albergó la casa de don Gregorio Silva, después se trasladó a la casa de los turcos Azuron, de allí pasó a la casa de don Ambrosio Rodríguez; hasta que finalmente en el año 1951 se trasladó definitivamente a su propia casa. Un bonito edificio hecho de material cosido y techo de tejas rojas, único en el lugar. Porque todas las casas del pueblo estaban constituidas con cimientos de piedras, sus paredes de adobe y techo de caña.

El nuevo edificio contaba con tres aulas, amplias y cómodas, baños para varones y mujeres con las instalaciones sanitarias completas, una oficina para dirección y una casa para que viviera el director de la escuela. Como no existía agua potable, se cavó un pozo y se instaló un molino a viento, el que extraía el agua y llenaba los depósitos de agua con la que se proveía a la escuela.

Una amplia galería cubría las aulas y allí nacía el patio, inmenso de grande, el mástil ubicado al final del patio hacia el lado sur enarbolaba la bandera. ¡Por fin! El pueblo contaba con un edificio para su escuelita querida.

Por sus aulas pasaron muchas generaciones, las que con el transcurso del tiempo la consagraron junto a la iglesia, como a las instituciones más queridas y respetadas de la comunidad.

La escuela dividíase en los que podríamos llamar dos ciclos; el primero estaba compuesto por primer grado inferior y primer grado superior, mientras que el segundo ciclo comprendía segundo grado y tercer grado. Después se sumó el cuarto, quinto y sexto grado, en el año 68 se suprimió el primer grado superior y se instauró el séptimo grado.

¿Pero qué pasaba en el pueblo antes del año 1910?... Oscar Vergara cue

nta: “yo fuí a la escuela en la casa vieja que está frente a la iglesia”, “mis maestros fueron don Santiago Sarmiento y María Medina”, “don Santiago mi maestro no creía en los santos, su madre era muy religiosa pero él no, a tal punto que cuando en el libro había una lectura religiosa le hacía una cruz con lápiz rojo, para que no la leyéramos”.

“Yo tuve de compañeros a Gerardo Ortega y Guillermo, me acuerdo que le teníamos miedo al maestro cuando nos portábamos mal, nos cachetiaba o nos ponía de rodilla sobre maíz”.

“Mi hermana la Mercedes y mis otros hermanos que eran mayores; porque yo soy el menor de diez hermanos, venían desde el Chiflón Viejo a caballo a la casa de la Isla de Arriba que hoy es de los Saadi.

Allí había una maestra que le enseñaba a leer y escribir. En ese entonces en la zona había gente culta y caritativa con los pobres, así que mis hermanos aprendieron con una señora de apellido Trujillo y un señor de apellido Pastoriza ó Oscarlanza. En ese entonces mi tata era el capataz del Chiflón Viejo, y los mandaba para que no sean ignorantes. Algunas veces se venían caminando los siete kilómetros que hay desde el Chiflón”, “me contaban la Mercedes y Manuel que debajo de un algarrobo blanco que tenía una enredadera de madre selva, con un perfume de lindo; en esos días de calor, la señora Trujillo les leía cosa de los santos; ¡¡¡¡que vida aquella!!!!, linda por una parte pero sufrida por otra. La cosa era aprender como sea”.

Testimonios como este, demuestran que desde siempre la gente del pueblo tuvo la necesidad de educarse, de aprender a leer y escribir, así de simple; la educación como arma de superación, como la posibilidad de mejorar sus calidad de vida.

Muchas historias se cuentan de cuando la escuela, iba de casa en casa.

Como la del reloj a sol que estaba instalado en la casa de la familia Azuron, hoy de la familia Cardozo. Alfredo Cardozo cuenta, “el reloj estaba en la pared de lo que es la cocina, todo estaba bien siempre que hubiera sol, a nosotros nos encantaba ir a mirar el reloj para prenderse de la campana y tocarla para el recreo, el día nublado era el maestro, el que controlaba la hora para salir, porque él tenía un reloj de bolsillo, así que muchas veces nos quedábamos sin recreo o salíamos más tarde, también dependía de si era verano o invierno, en el verano amanece más rápido el sol sale a tras del cerro a las 8 y en invierno a las 9:10 hs., así que en invierno como entrábamos a las ocho, calculábamos la hora para ir a la escuela pero sabíamos que el primer recreo salía a las 9:15 hs. y además era la hora de tomar el mate cosido”. “A la campana, que linda era, recién se la cambió en el año 1994, duró 84 años, mire mija, las cosa de ante servían, ahora todo se rompe hay nomás, del 94 hasta orita han cambiao dos campana y ahora tienen timbre, la campana es un adorno”.

Entre recuerdos y anécdotas, lo que se observa es el cariño que los pobladores sienten por la escuela. Sin lugar a duda esto se debe, a la obra de los maestros que no sólo fueron maestros de las aulas, sino también médicos, enfermeros y hasta en algunos casos dieron las aguas bautismales a algún recién nacido que lo necesitara de urgencia.

La Escuela hoy ha sufrido algunos cambios, se construyeron dos nuevas aulas, se cerró la galería con grandes ventanales, cuenta con luz eléctrica y agua corriente, el molino ya no funciona, pero, de ese pozo se extrae el agua a través de una bomba movida con electricidad y de allí se reparte el agua potable a toda la comunidad. La matrícula de alumnos es cercana a los setenta niños, que asisten a los distintos niveles de educación, desde jardín de infantes, hasta el noveno año del EGB.Es de doble jornada. Funciona un comedor escolar, el cual provee el desayuno y almuerzo a los chicos, este es mantenido con dinero aportado por la provincia y es administrado por una comisión de padres. Cuenta con una huerta orgánica desde la cual se provee a la cocina con las verduras de distinta estación.

En el año 1996, la dirección de la escuela convocó a los vecinos del pueblo para proponerles que se realizara un festival folklórico.

Para compartir dos días de canto y baile con otras comunidades cercanas y además el dinero recaudado sería para reforzar las partidas de dinero para el comedor escolar y mejoras del edificio. El director de la escuela, Profesor Carlos Herrera y el grupo de maestras de ese entonces empezaron a trabajar a la par de los vecinos para que esto fuera realidad.

En la noche del 29 de noviembre de 1996 a las 22 hs. se dio inicio al primer Festival de la Cuesta del Portezuelo”. La Locutora Mariela Zalazar, con libreto realizado por la Maestra y Poeta Josefina Batallan de Lencina, dio apertura a la primera noche festivalera. Con palabras que calaron hondo en el corazón de todos los que somos hijos de este pueblo. Se escuchó una salva de bombas y luces de bengala que iluminaron de mil colores la noche del Portezuelo y se dejó escuchar nuestro himno “Paisaje de Catamarca”. Allí supimos que empezaba una nueva etapa en la vida de la comunidad educativa y del pueblo.

A partir de entonces todos los 29 y 30 de noviembre de cada año se lleva a cabo el festival. Además de la enseñanza oficial que deben recibir los chicos, por gestión de la dirección se implementaron talleres de danzas nativas, de guitarra, de gimnasia rítmica y un taller de herrería. De estos talleres nace el ballet folklórico “Cuesta del Portezuelo” que tuvo representaciones en varios festivales y certámenes, inclusive en el festival mayor de provincia el “festival del Poncho”

La comunidad educativa y sus niños participan de distintos eventos, culturales, deportivos, viajes de estudios a otras localidades, dentro y fuera de la provincia. De esta manera trabajaron los maestros del pueblo dando todo lo que pueden, enseñando “Con la pluma y la palabra” como dice el himno a Sarmiento, haciendo honor a él. La escuela del pago cumplió y cumple con la noble función de educar, formando a hombres y mujeres de bien que llevarán en su corazón un recuerdo muy querido de sus maestros y de lo que en las aulas vivieron para bien de ellos.

Para muchas generaciones del Portezuelo, las aulas y Las Casonas que todavía existen, seguirán siendo la “escuelita” del pago, cuya sola evocación los debe llenar de nostalgias, despertando nobles sentimientos de gratitud y reconocimiento por haberlos iniciado en el maravilloso mundo del saber.


fuente: María Rosa Leiva

lunes, 31 de mayo de 2010

La Severa Leiva



No podia comenzar hablar de los personajes de mi pueblo sin comenzar hablando de mi abuela, sería como tratar de tapar el sol con el dedo. Es por eso que mi primer personaje de mi pueblo se lo dedico a ella.
La Severa Leiva es uno de esos personajes que no todo pueblo tiene.... Una mujer de 86 años en su documento, pero que según la vida 90, y que de vivencias y experiencias de la vida lo duplica. Una caminadora incansable de la vida que, por circunstancias caprichosas de la naturaleza la hizo deambular por cual trabajo se le presentara para poder criar a sus ochos hijos "sola" sin la ayuda de nadie. "La Severita" le dicen todos, ..."recien ha pasado para abajo, debe ser que ha ido a buscar pan en la Luisa"... y así es todo el día va y viene con su pañuelo atado en su cabeza los dias de viento y frio o bien peinada al costado cuando hace calor.
En su cara surcan las pruebas de sus años y lo duro de su vida, pero tambien refleja la fortaleza de su caracter y el orgullo de no deberle nada a nadie.
Es una mujer inquieta, bondadosa que no se le achica ni al mas grande y cuando alguien necesita es ella la que esta presente sin que nadie le diga nada.
Todos la conocen aquí, en el pueblo y en los otros tambien, todos la ven pasar caminando con su mano en la cintura.
Ella nació y se crió en el pueblo, fue a la escuela hasta tercer grado, y luego en la ciudad, dueña de una rapidez mental y memoria única.
No podría contar ninguna ácnedota, historia por que su vida es un ejemplo a la vida, al trabajo, al esfuerzo a la superación.
Mi abuela, la Severita...

martes, 18 de mayo de 2010

NO METAS LA MANO EN LA CUEVA.......

Mañana de Verano, sol, mucho sol y por consiguiente un calor que te aplana en el piso y como todos los días nos juntamos con mis primos en la casa de la Tía Miriam y salíamos hondear.

Pantalón corto, remera manga corta, las zapatillas de todos los días y la incansable honda.

Salíamos por el fondo de la casa y por la senda de cambuchi nos metíamos por la acequia rumbo norte bordeando la loma buscando las torcasas o lo que encontremos, el objetivo era hondear. Pero resulta que con los chango ese día se nos ocurrió ya casi a la hora de la comida ir a la “loma” es una pequeña lomada que se encuentra sobre la ruta en la que hay una construcción en donde funcionaba al principio una despensa y después se hacia baile.

Eran como las doce y media cuando empezamos a subir despacio y sin hacer ruido buscando una lagartija que se nos había cruzado y que los changos ya le habían tirado un par de hondazos con tanta mala suerte que ni siquiera le llego cerca, viendo esto la lagartija corrió raudamente hacia el monte y sobre unas piedras y se metió en una cueva pero la ligera lagartija no contaba con la velocidad de los changos que la perseguían ni mucho menos el ímpetu de cazadores de pillarla cueste lo que les cueste.

Con tanta mala suerte esta pobre lagartija que se mete en una cueva que no entraba toda por lo que la cola de ella estaba al descubierto, cuando llegamos, apenas la vimos nos dijimos:

“Shhhhhhhhhhhhhhuuuuuuuuuuuu, callate, no hagas ruido”

Caminando en cámara lenta para que la bicha no nos escuche y se escape nos acercamos mirando como movía la cola de un lado para otro como haciéndonos burla.

Mira, mira mira, mira ahí esta, para para para… no le tires que no les vas a pegar decía el negro Honorio (pablo mi primo)

YO LA AGARRO, se acerco muy despacio ….. casi sin hacer ruido y se arrodillo.

Cuando por fin agarró la cola de la lagartija empezó a tirarla pero no salía.

Mirala a la hija de pu… no quiere salir y una sola carcajada nos salio a todos, una carcajada cómplice y ganadora, como diciendo mirala se hace la dura.

Pero el negro tiro más fuerte y cuando salio vimos una escena que jamás nos olvidaremos.

Vimos la mitad de la lagartija….. la otra mitad estaba en la boca de una víbora que no soltaba y para colmo el negro tiro tan fuerte que saco la lagartija y también la víbora…..

La víbora movía su cola de forma ondeante y para colmo era larga.

Apenas vimos que el negro saco y la puso a la altura del pecho como diciendo: mira aquí está, pegamos un grito y el susto fue tal que salimos corriendo.

Después nos dimos cuenta que la pobre lagartija en su afán de dispararse de unos peligrosos depredadores, se metió en la cueva donde moraba una víbora que agradecida simplemente abrió la boca y la comió, por eso movía solo la cola y no se escapaba, pobre, que suerte de ese animal

Fue tal el susto que estábamos blanco, tan blanco como los dientes….jajajajajajajaja hoy me causa risa y no te digo nada el negro Honorio jkajajajajajaja la cara de ese chango.

Por un tiempo largo no nos quedo ganas de salir a hondear lagartijas……..

NI MUCHO MENOS METER LA MANO EN LA CUEVA

ORIGEN DE MI PAGO...


La historia de El Portezuelo, se remonta a fines del siglo XVI, año 1591 cuando el gobernador del Tucumán Juan Ramírez de Velazco atraviesa a lo largo el Valle de Catamarca para llegar a la Rioja. Y lo hace explorando minuciosamente cada lugar, por el cuál transita en compañía de sus hombres.
Muchos de sus capitanes hacen una elección teórica de las numerosas regiones transitadas.
Apenas fundada la Rioja, Ramírez de Velazco comienza a hacer merced de tierra de todo lo que significa el valle de Catamarca.
El poblamiento de las mismas se hace masivo y la primera merced de origen riojano es la de Autigasta; concedida a don Alonso de Carrión el 9 de noviembre de 1591 en nombre del Rey de España en mérito de sus importantes servicios prestados a la corona.
Las autoridades de la Rioja disponen la entrega de la merced y lo hace Antonio Álvarez, de origen Riojano, en el pueblo Choya “de la jurisdicción de los Diaguitas” el 9 de junio de 1592.
En el año 1597, la viuda de Carrión Ana Vázquez de Camargo y su segundo esposo venden transformada en estancia la merced de Autigasta, con su algodonal y viñas, por 180 pesos plata, a Juan Bautista Muñoz , tucumano que instalado en la Rioja aparece siendo regidor de el cabildo con el grado de capitán y haciendo de “maestre de campo de la ciudad y gobernación”.
La Merced de Autigasta fue la base de lo que luego serían los pueblos de Huaycama, Santa Cruz y El Portezuelo.
Autigasta; “pueblo viejo de indios” o pueblo la hambruna según la interpretación etimológica que le dan algunos autores.
Con el tiempo estos conglomerados humanos van tomando su propia identidad, conservando sin embargo, una estrecha relación que tiene que ver quizás con sus orígenes.
De acuerdo a datos encontrados en documentos pertenecientes al archivo histórico. Las primeras familias de las cuales se encuentran registros y se las ubica en El Portezuelo serían de apellidos Barros, Páez de Carcajena, Camacho, Oliveras y Pedrazaz.
El Portezuelo “Puerta grande entre los cerros” o “Entrada grande”, según su etimología.
Recostado sobre las falda del cerro Ancasti albergó a las primeras familias en el siglo XVIII, luego que Juan Bautista Muñoz decidiera entregar parte de sus tierras a los Barros, Páez de Carcajena, Camacho, Olivera y Pedrazaz.
Quienes poseían tierras en comunidades cercanas. Estas familias se dedicaron a continuar con el cultivo del algodón, alfalfa viñas y a la cría de animales, caprinos, mulares y ovinos.
El trabajo era realizado por naturales del lugar que habían pertenecido a la merced de Autigasta.

Fuente:
María Rosa Leiva

sábado, 8 de mayo de 2010

A MI PAGO....

Han pasado muchos años desde que tuve que partir a la ciudad para poder forjar mi destino. Ha pasado mucho tiempo que ya no vivo en mi tierra, como cuando era chango.
A veces siento añoranza de cuando salía a hondiar a la siesta cerca del río, o cuando nos juntabamos a jugar la pelota en la calle todavia de tierra. Extraño a los changos de la esquina cuando nos reuniamos a las tardecitas de venaro despues de jugar la pelota. El truco del domingo
a la siesta por la ronda en las mesas del club.Y en esta altura de la vida, cuando uno comienza a vivir y sentir la vida de otr
a manera, siento que mis raices me hechan mano para que no me olvide ella. Y veo hacia atras la imagen de unos changuitos con las rodillas sucias, con la hon
da al cuello y el morral medio cargao listos para salir a hondiar pero me doy vuelta y me veo grande .... vuelvo a realidad solo con los recuerdos de mi infancia y mi tierra lavada por el paso del tiempo y me pregunto ¿Qué hice para que mi tierra me tenga y me recuerde? ¿ Qué puedo hacer por mi pago, que me vio crecer, reir, llorar y también partir?.
Nunca me olvide de ella..... simpre voy.... es mi tierra, mi pago, mi historia, mi herencia... Ya estoy grande, tengo una familia, con hijos y lo mas lindo es ver a tu chango disfrutar de ese pedazo de tierra como yo lo hacia.
Es por eso que desde aqui le rindo honor y tributo a mi tierra, la que te despide con lagrimas cuando te vas y te recibe con los brazos abiertos cuando te ve volver.
Mi pago esta situado a 18 km de distancia hacia el este de la capital, enclavado entre los cerros de la Sierra de Gracian y el Ancasti, en donde se ve mil tonos de verde y un caminito largo que baja y se pierde. Si señor, Ud lo dijo, es El Portezuelo, ese pueblito que se hizo
conocer por todo el mundo por su Samba.
Desde este lujar Rindo un humilde homenja a mi pueblo
que me vio crecer
reir, llorar
partir .... y que cada domingo
con los brazos abiertos me da la bienvenida
al hijo que un dia partio.




Diego Sebastián Leiva