jueves, 3 de noviembre de 2011

El Pan de Cada Día

Hoy... con la voragine del trabajo .... el transito, la televisión, el bullicio de la ciudad, la vida propia de una ciudad convulcionada por todas esas actividades que nos llevan a andar a mil me recuerda mi niñez, totalmente al contrario, el despertar de una mañana tranquila llena de los cantos de pájaros, paisajes que solo apreciarlos nos lleva a un relax donde el dia transcurre a otro ritmo, a otro tiempo, un tiempo donde la vida pasa mas despacio, todo es mas despacio.
Y en ese recuerdo me llega a mi mente sensaciones de alegría, de relax, de tranquilidad pero tambien sensaciones que me permite apreciar las cosas mas simple de la vida, como el hacer un mandado, sentarse a la orilla de la acéquia, jugar la pelota o simplemente estar junto con los changos en la esquina.
También lo que uno se da cuenta despues de grande es que antes uno comía pan (de panadería) cada muerte de obispo, el comer pan francés era una novedad es decir cada vez que mi mamá o mi abuela cobraban en ivan a la ciudad a comprar la mercadería, no duraba nada jajajajajajajajaja nos escondian  para no quedarnos sin pan para el mate cocido o la comida.
Hoy el comer un pan cacero es una novedad, solo lo hacemos cada vez que nos reunimos con algunos parientes o alguna vez que vamos a visitar algún amigo y compramos el pan cacero en la ruta.
EL PAN NUESTRO DE CADA DIA... cuando eramos niños era otra cosa..... el sabor, el color, su textura, su olor!!!!! mmmmmmmmmmmmmmm... todavia me acuerdo ese pan caliente que salia del horno, bien caliente, esas palomas que nos hacia la abuela para cada uno de nosotros.....que rico, pero lo mas rico en su escencia que hoy puedo apreciarlo y hasta extraño es que cada uno de los integrantes de la familia cumplia su parte y era parte de ese trabajo para hacer el PAN.....
La abuela la que mojaba la masa con la tia fanny.... nosotros que amazabamos, pero tambien el ir a "a la Leña" juntar y traerla era parte del trabajo, trabajo que se veía reflejado en nuestras palomitas bien calientes y tostadas que la partirla se veía ese humito propio del calor, mmmmmmmmm..... mate cocido con pan caliente..... que rico.
Hacer pan era un ritual practicamente...... los viernes a la tarde ir a juntar la leña, generalmente nos dirigiamos a las lomas del frente de la casa de mi abuela, leña que era traida con el carrito de don Mochito al cual empujabamos todos hasta llegar a la casa.
Un ritual que nos disgustaba cuando nos decian pero con el tiempo ( que pasaba lento muy lento como el agua de un río manso) se nos pasaba haciendo una transición entre el disgusto y el juego.
Disgusto que se olvidaba cuando la Tía Fanny habría la puerta del horno de barro para sacar esos panes grandes, redondeados y tostados, los cuales lo mirabamos de reojo pensando en que momento de la siesta sacaramos un pedazo para saborear, disfrutar casi a las ahogadas por las dudas nos pillen.
Y vuelvo en si y estoy tomando un cafe en la hora del recreo con una galletas saladas y el timbre que toca para entrar nuevamente a clases, y esos bellos recuerdos que parecen llevarme por el tunel del tiempo a esa infancia dificil pero feliz se esfuma a la velocidad de la luz, luz que aparece tan ruidosa y molesta propia de la voragine en la que vivimos.
Me gustaria volver en el tiempo para poder hacer y vivir de nuevo el pan de cada día....  probarlo, saborearlo, olerlo y ser parte otra vez de un día simple pero que perduran en lo mas profundo de mi mente...

domingo, 31 de julio de 2011

A Jugar la puntería...

En un pueblo chico, donde la internet, el teléfono, el cable no forman parte del paisaje natural y artificial de nuestro entorno. Ya sea por que en ese tiempo no existían tales cosas y también por que era inalcansable para nosotros, las actividades diarias de los changos se repartía en hacer los mandados, alguna actividad de la casa como levantar la basura del patío por que la abuela a las 5 de la mañana ya se levantaba a barrer y retarnos porque dormiamos mucho (en verano) y lo mejor de todo JUGAR... Unicamente nos levantabamos temprano si teníamos alguna actividad (pautada) que nos interese como por ejemplo el día de los ALADELTAS (Que merece capitulo aparte) o JUGAR.
Tomar el mate cocido, lavarse la cara, peinarse y decir me voy a jugar a la casa de la Tía Miriam....
desde allí planificabamos que ibamos a jugar.
En vacaciones jugar a la pelota se hacía por las tardes... hondiar por la mañana y la siesta jugar a los pistoleros y tambien bañarse en el río pero solo despues de las 16:00 hs "...por que el sol esta fuerte, se van a insolar..." así pocas actividades y muchas horas tales es así que salir a hondear era una de las tareas que a diaria practicabamos y con mucho empeño, tanto que todo el monte lo conocíamos como la palma de mi mano, los potreros de Don Chade, el camping, el arroyo, la loma...etc etc etc... y ete aquí que la "loma" toma una gran importancia por que sobre el fondo de la casa del "Tío Alfredo" lindaba con la loma donde se construyo la Cisterna de agua del pueblo y donde actualmente funciona la misma.
En la loma sobre su cim
a tenía un sendero en sentido norte-sur el cual uno se metía por el arroyo de la "Severita" hasta llegar a la acequía y subia llegando a la cisterna y al mismo tiempo al fondo de la casa del tío.
Por que la importancia?... Fácil!!!! en lo largo de su vida el tío con años de experiencias pero mas años de fiestas y serentas el tío habia acumulado una gran cantidad de botellas y damajuanas pero UNA GRAN CANTIDAD tantas que uno (a esa edad) podía ver minis montañas de 1.30 cm de altura todas apiladas formando en el medio un camino ya que ambos costados tenía botellas apiladas... literalmente un MONTON.
Y ESO PARA NOSOTROS TENIA MUCHA IMPORTANCIA....ESE ERA NUESTRO BOTÍN...
Para poder juaga a la Puntería era necesario tomar el botín
de nada más y nada menos del fondo de la casa del tío.
Ser pillado implicaba que la tía CHICHILA (Esposa del tío y hermana de la abuela) nos delate en la casa y como castigo eso seria una paliza inmediatamente, suspensión de las salidas y todo eso.
Así que se tenía que hacer en un horario donde nadie este en el fondo... que hora? "LA SIESTA"
Me acuerdo clarito que era un fin de semana cuando decidimos ir una vez más una vez más de las tantas que lo visitamos, con un record impresionante, "nunca nos habían pillado" tan seguros estabamos que sacabamos las botellas y jugabamos en el arroyo a la vista de todos y vista de ellos también que nos veían con cierta incertidumbre de no saber si eran de ellos o no y ante la duda claro, no nos decían nada.
Fin de semana todos los primos juntos, los changos de la tía Miriam, de la tía Fanny, de la tía María Ramona (franco) que vivía ya en ese tiempo en la ciudad y los mas chicos Ricardo y Willy.
Nos juntamos en el arroyo y nos dirigimos por la senda... llegamos a la Cisterna y doblamos a la izq. a una senda que nos dejaba justo al fondo donde había un portón, abrimos, entramos y empesamos a sacar unas cuantas botellas y unas damajuanas (las mas preciadas), hasta aquí todo normal ....PERO.... ya habiendo cerrado el portón
escuchamos..."vi
ejo te estan robando las botellas..." ..."apurate, trae la ESCOPETA..."
Fue como si el mundo se paralizara, un frío me recorría desde la nuca y por toda la espalda... "dejalos nomás vieja....ya van a ver estos..." y de repente.....PAMMM......dale viejo..... PAMMM... PAMM...." de pronto mi corazón late a toda prisa tan rapido como mis piernas mientras escuchabas los gritos de lo changos "AAAAAhhhhhhhhh..." "Guarrrrdaaaaaaaaaaaaa...." ..."Corramossssss" y lo lejos casi ya un llanto desesperado de ayuda "guuuaaaa..... Chaaaaaangggggooooo".
Fue un instante, los latidos, la agitación, la deseperación, el monte, todo esto lo recuerdo por medio de flashes y recuerdo estar llegando a la acequía en norte de la loma donde nos volvimos a juntar... ASUSTADOS....MUY ASUSTADOS....esperando que lleguen todos...mientras comentabamos de lo sucedido, de como hicimos para escapar corriendo por el monte por que la deseperación hizo perder la senda nos dimos cuenta que Ricardo no estaba...
..."Changooo, Ricardo no
esta, no llego..." ..."uhhhh, lo han pillao..." ..."Que cagada, capa que le han pegao un tiro..." .
"...Quién va volver...?" "no vuelvamos todos!!! ...Bueno pero si estan corremos todos por la senda y nos juntamos en la acequia.... y cualquier cosa le contamos a la tía Fanny.
Todo era incierto, todos nerviosos y asustados, todos callados y con miedo....hasta que lo encontramos a Ricardo llorando en medio de unas uña y gato que lo tenían retenido y llorando desconsoladamente, lo sacamos y nos fuimos.
Ya sabiamos que el ser de
scubiertos inmediatamente habiamos sido castigados, por que? por que la tía iba a ir a la casa de la abuela y contar todo...despúes las consecuencias.
En Fin el día estaba perdido...YA NO PODIAMOS JUGAR A LA PUNTERIA....YA NO PODIAMOS BURLARNOS EN LA CARA DE ELLOS SIN SER DESCUBIERTO...AHORA DABA GRACIAS DE NO ESTAR MUERTO.
Con el tiempo la Tía fue a nuestra casa y conto lo sucedido....conto que ya nos venían vigilando, que ya sabían que las botellas que robabamos eran de ellos pero que el Tío nos quería dar un susto y en el momento que le dijo que nos dispare el Tío (Zorro viejo) le pegó un evillazo a una chapa que tenía en el fondo...
Lo bueno que pasó como una acnedota graciosa...para ellas y las carcajadas y las risas de todas las mujeres se podían sentir desde la calle....
También que nos nos castigaron pero nos dijeron que si volvíamos hacer eso la Paliza (Cagada) iba a ser grande.
HOY me acuerdo y me rio solo... tanto....pero tanto.... que se me escapan lágrimas....HOY veo como siendo tan chicos, tan traviesos....el mundo era distinto....los juegos eran distintos...la vida era distinta.
QUE YO RECUERDE NO VOLVIMOS A JUGAR LA PUNTERIA.....MENOS CON LA BOTELLAS DEL TIO ALFREDO,.... JAJAJAJAJJAJAJA!!!!!

Diego S. Leiva

domingo, 24 de julio de 2011

El Destino lo Quizo así

...Mi primo una persona que conocí despúes de grande, una bella persona que con su calidez y carisma un día se acerco a nuestra casa sin saber como lo podrían recibir, pero que al instante nuestros genes, nuestra sangre se reconocieron.... y a partir de allí no pudimos separarnos.
Ésta canción está dedicada para mi hermano "Willy" pero que llega a todos los corazones de la flia Leiva.



lunes, 11 de julio de 2011

DOÑÁ INES COLLANTES

A la espera de “un alivio,” aguardan bajo el alero. Ninguno llega con turno y el “horario de visita” no encontrará otra restricción que no sea el tiempo, pero ese de las ganas y del humor del mentado que allí atiende.

Seguro que siempre habrá un espacio para quien se acercó comprometido; pero en esto de sentirse mal, cada uno antepone su condena a la del otro. La escena aún se ve en los pueblos, y a poco de preguntar por el camino, la gente encuentra algún conocido para recomendar.

La historia de los curanderos y sus leyendas sanadoras recorren los oídos de la gente en cuentos que, de tanto repetirlos, se convierten en mitos. Y no se trata de esos hombres que llegan a la televisión autodefiniéndose como “mentalistas” y realizando distintas pruebas, como hipnotizar a todo un auditorio o doblar cucharitas. Tampoco es de esos videntes que hablan del futuro del país, de la fortuna de los famosos y que incluso aseguran ser consultados por los políticos.

No, son esos que suelen atacar empachos, culebrillas, catarros, psoriasis y otros males del estómago con algún remedio casero y que, a veces, se animan hasta a “curar de palabra”, como quien le habla a un caballo enfermo.

Y así, por La Pampa o La Rioja, en San Luis o en Santiago del Estero, cuando se pregunta por curanderos siempre hay alguien que contesta con relatos de algún protagonista al que se le adjudica un portento, un milagro o una ayuda.

Pero ingresando en Catamarca todos mencionan un solo apelativo, y es el de una mujer. “¿Cómo, no la conoce?: la llaman La vieja del Portezuelo”, dicen, con respeto.

En boca de todos

Es así: a poco de acercarse a la capital catamarqueña cualquiera, menos los forasteros, habla de Inés Collante, una anciana que nació vaya a saber cuándo en la Villa del Portezuelo, a los pies de la famosa cuesta desde la que lo que se ve, cuando se mira hacia abajo; “parece un sueño con mil distintos tonos de verde”, como escribió e inmortalizó el poeta Polo Giménez.

Ahora doña Inés tiene su casa en el barrio de San Isidro. Bajo el alero esperan seis personas ansiosas. El cronista de LA NACION debe hacer lo mismo, porque el orden de llegada es, aquí, riguroso: “Buenas tardes, ¿qué le anda pasando”?, pregunta la famosa curandera a este enviado.

–Creo que nada, sólo quería conocerla, hablar un poco con usted.

–¿Para qué m’hijo? Yo no tengo nada que contar. Y si no está enfermo...¿qué le voy a decir? Usted parece un muchacho inteligente...

Contradecirla sería como faltarle el respeto a esta mujer a la que ni siquiera se le puede preguntar cuántos años tiene. “Es que es malo decir la edad”, sostiene, logrando poner fin a la curiosidad del visitante.

“¡No vaya a sacar fotos!, ¿eh?”, advierte; y tras mucha insistencia, permite que una sola vez el flash ilumine el oscuro ambiente en el que atiende.

“Yo hago esto desde 1942, así que saque cuentas. Atiendo a la gente para hacer el bien; porque aquí son todos humildes y el que tiene me deja algo”.

Por la pieza de doña Inés pasaron 24 personas el día que recibió a LA NACION, y ella se veía exhausta: “Es que tengo una arritmia y ya estoy cansada, pero hay que seguir, porque la gente lo necesita”.

Cuenta muy poco de su vida y de sus inicios: “Tenía ocho hermanos, pero todos murieron. Hijos, ni sé cuántos, porque crié a muchos. Es que mi madre, cuando yo era chica, vaticinó: «La Inés va a ser madre de muchos», y así fue”.

Asegura que su madre la oía hablar y hasta llorar cuando ella estaba en el vientre. Después dice cosas que se acercan un poco más a la razón: “Muchas veces vienen enfermos del hígado, pero si tienen cálculos yo los mando al médico, porque se tienen que operar. Y si sufren de la columna, también, mejor que vayan al Sanatorio Pasteur”.

–¿Y usted qué cura?

–Yo curo con remedios caseros. El agua de acelga es buena para la psoriasis; la palta anisada, para el hígado, y así; otros yuyos sirven para los desarreglos de vientre o para el catarro.

Uno de los hijos de Inés Collante se llama Eduardo y afirma que a su madre ya la conocen desde La Quiaca hasta el Sur: “Hay gente que sólo viene a visitarla para verla o agradecerle”, comenta uno de los 20 hermanos.

Mientras tanto, otro “paciente” ilusionado espera bajo el alero. Seguramente no piensa como Elbio Bernárdez Jaqcues, que en su libro “Muestrario gaucho escribió”: “Una curandera se parece a la Biblia porque concentra el fervor de los crédulos. Pero se distinguen fácilmente entre ellas: una alarga la vida del espíritu; la otra suele acortar la del cuerpo”.

Es que entre dichos se armó la ley de la vida: en la milonga “El Berrero”, Larralde arriesga sobre el personaje al que le canta: “...y a veces el mal agüero solía curanderear...”.

Y entre unos y otros, simplemente algún gaucho diría: “Cosas del tata o, mas bien, de los hombres, nomás...”

Fuente: Diario la Nación
Lunes 20 de agosto de 2001

El Carril Vs La Quebrada

Si hay algo que no se puede dejar pasar en cualquier parte de Argentina es el "Futbol" y en mi pueblo los changos no son la excepción. Es un tema que moviliza a todos los integrantes de una conversación a toda la changada!!!! y más todavia si se trata de un "SUPER CLASICO" del pueblo...
En el pueblo los changos generalmente nos llevamos bien pero a la hora de jugar el partido CARRIL Vs QUEBRADA la amistad se nos va al carajo!!!. Solo los que vivimos el futbol con pasión pueden entenderme como uno lo vive, es el SUPER CLASICO del pueblo, bueno el superclasico de los changos chicos ya que nosotros nos imaginamos y comparamos como RIVER-BOCA; RACING-INDEPENDIENTE.
El partido comienza una semana antes con las especulaciones, las cargadas, las comparaciones de quien es más habilidoso o cuantos y cuales de los changos pueden hacernos la diferencia.
Hasta que llega el día de la verdad, generalmente por no decir siempre se jugaban en la cancha grande (en la quebrada) llegando temprano para vestirse y patear al arco un rato hasta que lleguen los de la quebrada que como eran locales se tomaban su tiempo para aparecer.
El tramite del partido siempre pero siempre es muy luchado sancandose pocas diferncias algunas gambetas de Sergio, la bufada de lucho, los mocos de pablo y algunas puteadas desde atrás mías.
Algunas faltas, entredichos pases largo para que pique sergio o el gringo y la defensa del Hugo para pasarsela a Oscar quien nos deleitaba con gambetas caños y bromas.
Los partidos duraban hasta la noche por que ningún equipo queria perder y si persistia la paridad "EL ULITMO GOL GANA".
La semana comienza dura y con muchas bromas tanto de unos como de otros... por que ninguno de los dos bandos asume la supremasía del otro y el otro no quiere recordar que anteriormente ha perdido, las bromas del caño que le hizo este al otro, de la gambeta que lo dejo parado o del gol de lujo hecho por tal, en fin.
Cosas chicas de grandes chicos que en un mundo... su mundo marcan una historia un sentimiento que con el tiempo serán recordas en la sobremesa de alguna comilona.
hoy miro hacia el pasado y recuerdo el olor a pata de los botines, las medias sucias, las vendas sucias y tantas cosas mas que me hacen dibujar una sonrisa y al mismo tiempo un sentimiento de añoranza de eso buenos momentos.


domingo, 23 de enero de 2011

sábado, 22 de enero de 2011

Don Pedro Roberto Arias

Nació el 14 de Noviembre de 1933, en la localidad de La Bajada , departamento Paclín. Sus padres fueron don José Daniel Arias y doña Faustina Ortega, tuvo diez hermanos, vivieron en una humilde casa, su padre trabajaba en Vialidad Nacional y su madre cuidaba una majada de cabras, además tenían hacienda.
Don Pedro en su infancia curso la primaria en la Escuela 59 de La Bajada hasta el Cuarto grado porque en esa época era muy difícil salir adelante con un ingreso de empleado solamente; él junto a sus hermanos tenían que cuidar los animales, salir por los campos a buscarlos, atenderlos para luego venderlos. Así de esa forma pasó su infancia y adolescencia hasta los 19 años cuando conoció a doña Miguelina González, oriunda de El Portezuelo, con ella se cansó el 2 de Octubre de 1953, y justo ahí le toca el servicio militar, estuvo seis meses y le dieron la baja porque su esposa ya esperaba a su primer hijo: Ángel, cuando nació el niño ellos vivían en la casa de sus suegros hasta la llegada del 2do.: Oscar.

En el año 55' empezó a entusiasmarse por el deporte “fútbol”, jugaba para el equipo que representaba a su pueblo natal, lo hacia abajo los tres palos (arquero), así hasta el año 56' donde se presentó la oportunidad de participar de una maratón en la localidad de Los Altos, allí nació también su ambición por este deporte que en esa oportunidad su primer premio fue $5 y una lata de durazno, no solo esos deportes le apasionaban, en sus años mozos también practicaba el ciclismo.

Aparte de practicar distintos deportes, don Pedro trabajaba cultivando las tierras en las fincas de una familia de clase media y conocida “Los Rodríguez”. Luego de un tiempo don Pedro y su familia se trasladaron a un puesto como cuidadores, el mismo se llamaba Los Tipiles, allí nació su primera hija mujer Rosa, luego María.

Después de un largo tiempo volvieron a vivir en El Portezuelo donde nacieron el resto de sus hijos y donde también tuvieron la mala experiencia depender a uno de sus gemelos, pero a pesar de todo llegó a tener nueve hijos en total.

Con todos estos golpes que le daba la vida el nunca descuidaba su amor por el atletismo, participaba en todas las invitaciones que le hacían sin importarle el premio, generalmente en su categoría salía primero, recorrió casi toda Catamarca de la mano del atletismo.
En el año1967 don Pedro tuvo la suerte de ingresar a trabajar en la guardiacarcel de allí se retiró en el año 1988 con el llamado “retiro voluntario”, con el ingreso de este trabajo el pudo realizar su propia casa y tener mejor bienestar para los suyos.
Luego se dedicó nuevamente al cuidado de distintas fincas cultivando y cosechando verduras y frutas para gastos caseros y a veces vendía, no solamente hizo eso, también tenía a su cuidado ganado vacuno a campo abierto que fue muy sacrificado que llegó a tener un accidente con un animal bravo, donde recibió un fuerte impacto en la parte del higado y riñón dejándolo convaleciente hasta que pudo recuperarse, dejando sin duda alguna secuela, también casi perdió su vida debido a que tomó agua del arroyo y le dio la fiebre amarilla, que gracias a Dios no pasó a mayores.

Pedro Arias fue un brillante embajador del atletismo catamarqueño en distintos centros del país e incluso se dio el lujo de integrar la primera delegación local que participó de la mundialmente conocida “Corrida de San Silvestre” que se concreta todos los fines de año en la ciudad de San Pablo (Brasil).

Fue en diciembre de 1979, cuando en compañía de Ramón “Pato” López y Hugo Figueroa defendió con altura los colores ambateños en esa inmersa mole de cemento del vecino país. El grupo también estuvo conformado por el entrenador y juez nacional Rolando Ferrero, el dirigente Julio Argentino Bulacios y el jefe de Deportes, Leopoldo Romero. El viaje en camioneta (casi una “locura”) demandó tres días, arribándose el 30 de diciembre, en la víspera de esta “maratón” internacional, fue la mas importante en su vida, nunca se pudo olvidar esa hazaña hasta sus últimos días.

Ya por el año 1981 comenzó a realizar en la localidad de El Portezuelo su propia maratón, haciéndola sin falta todos los años casi siempre en el mes de febrero, allí donaba algunos de sus premios para los participantes de las distintas categorías que se hacían presente.

Actualmente después de su deceso se la sigue realizando en su homenaje, que es organizada por sus hijos y fiscalizada por la entidad madre del atletismo: ASOCAT.
Don Pedrito como la mayoría lo llamaban, era muy conocido, él sembró su amistad sin límites cosechando así muchos amigos, que donde se paraba lo saludaban.
Tanto fue su amistad que hasta los presos donde el trabajaba lo reconocieron con un cuadro de honor, enalteciendo su respeto hacia los otros, en el 79' cuando regresó de su participación en la maratón de San Silvestre.
Así pasaba su vida siendo esposo, padre y amigo ejemplar.
A pesar que su vida fue dura pero fructífera nunca se alejó de su amado deporte el “atletismo”.
Hasta que un día en el año 97' tuvo que decir basta a su carrera deportiva, debido al descubrimiento de una maligna enfermedad “cáncer de hígado” donde recorrió Córdoba para su tratamiento que vano fue, esta maldita enfermedad lo llevaba poco a poco, su sufrimiento duró tanto que no pudo resistir, que un 23 de Noviembre de 1997 alas 13.20 horas dejó de existir, su deceso produjo una gran conmoción y tristeza de los familiares, amigos y conocidos, pero dejó a su paso un buen ejemplo de vida.
Sus restos descansan ahora junto a su amada esposa y compañera de toda su vida, en el cementerio de El Portezuelo lugar donde lo acunó sus últimos años.
En don Pedro Roberto Arias se conjugaban en forma casi perfecta el atleta y el señor, es decir la calidad y la capacidad para la competencia con la riqueza humana y el tesoro espiritual. Y de ello pueden dar cabal testimonio quienes estuvieron viviendo junto a él su honesta y transparente campaña en el deporte. Desde entonces se lo recuerda con enorme respeto y gran admiración “caballero como pocos”, así lo calificó alguna vez su amigo Rolando Ferrero. Nada mas justo a la verdad.
Esto fue un recorte de su vida que será hoy y siempre recordad por sus nueve hijos, 25 nietos y 5 bisnietos.

fuente: www.altrotecatamarca.com.ar